sábado, 9 de abril de 2011

Otra parte de mi...

Una lenta anestesia me entumecía lucidamente, descomponía en miles de pequeñas demoras toda mi urgencia por hacer las cosas bien. Alguien se ríe. Alguien está a la merced del olvido… Alguien.
Los primeros días de la nostalgia anchaban como la avenida Las Américas. Vino nuevamente a mi memoria ese recuerdo tan clarificado de aquellas noches tristes y en especial de aquel día que me encogí de hombros, recostada sobre un pupitre viejo, y mojaba mis papeles con tinta de lapicero.
Fue  entonces cuando  me salvé de salir arrancada ese primer día de clases en la escuela y del planeta. Fue desde entonces que obtuve un puñado de amigos, que son los mismos que alimentan mis horas tristes, de nostalgia y alegría; una mezcla milagrosa de locos, temerarios, iracundos  y suicidas, con los que reinventamos lo de ir a parrandear como gente decente los viernes por la tarde, después del colegio, y años después, sin perder el hilo, al regresar del trabajo como enajenados, muchas veces sin levantar la cabeza.
Nunca supe la exacta dirección de mis debilidades, excepto lo de salir todos los domingos, sin saber a dónde, escogiendo mi destino para llevar y pasar el día.
En aquel entonces si sabía qué hacer con cada palabra, cada frase en el momento exacto. Solía decirme para mí, que el vino sería para descansar y recordar en sereno. Todo para mi tenía control o bien pensaba que era capaz de controlarlo todo, capaz de convertir la angustia de un domingo por la tarde en un piedra de río, sujeta a la orilla; firme, inmóvil, y es que creía que con chasquear los dedos podía revertir lo terrible de las noches, ahuyentando mis fantasmas. Creía que tenía magia, y eso me ponía sobre los hombros de abrigo al amanecer, al caer la noche, al llegar el alba… permanecí frente a ese recuerdo tantas veces con una taza de café, en esa tarde maravillosamente cálida.
A hora. Miro sin querer respirar para que no desaparezcan entrecruzados mis recuerdos  con un desliz del presente o en alguna esquina de la memoria.
Me acostumbro a estar triste hasta los huesos y a llorar mirándome en la oscuridad. Entonces me da por desaparecer jornadas completas, me hundo en un recuerdo de cuando iba a la escuela con la pesada mochila rellena de útiles sujeta a mi espalda, con los ojos que aun guardaban la dulzura de una inocente niñez, y una sonrisa envuelta en urgencia, con la mirada afilada de la angustia. Ignoraba la razón por la cual debía de estar ahí y la verdad tampoco me interesaba saber nada de nada. Al pasar los años, y ver que el camino se tornaba mas empedrado, me vi muchas tardes, sobre todo después de clases, entrar a una iglesia, mi sombra me seguía. Me arrodille a los pies de un santo color castaño, movía los labios sin emitir sonido alguno pero con los deseos tan bien puestos en mi mente y corazón, supongo que eso es rezar… me bajaba tanta tristeza que me corrían las lagrimas sin parar, y pensaba, me sentía como una equilibrista lanzada hacia un hoyo sin red.
El tiempo no detiene su rumbo, ni siquiera lo pausa. Más tarde, me veo a mi misma sentada en una clase, donde la lógica del conocimiento para mi dejo de existir, en el aire del salón se incrustaba una vaga sensación y deseo de vivir, sin embargo era tan solo un día más. Así que decidí vegetarme en medio de lo increíble, en mi imaginación que viajaba de aquí y al infinito de la mano de innegables alucinaciones.
Y, fue cuando apareciste TU, parecías ausente, navegando en una distracción de luz y sombra, y fue esa manera tuya, de silencio de habitación que calza sin un roce, sin una explicación con el mundo, la que me cautivo hasta el último poro. En claroscuro, lejano, casi no sonreías, caminando en una avenida de algo, yo te miraba desembozada, desde el inicio, desde tu más leve matiz, a toda hora con las pestañas fijas. Me quedo internada en la sombra del terrible jardín interior de tus cejas  sin familia.
Un día te veo en un color azul pálido con las manos en los bolsillos, con tu cara de género y te vas sonriendo sin raíces. Entonces, decidí dejar tirada mi alforja del destino, mis útiles para ser profesional,  allí, en la calle y corrí tras de ti. Tú no me veías.
No sabría decir cuánto corrí, pero tu sombra seguía yéndose más y más allá.  De pronto ya no estabas. Ya no había nadie.
Dentro de todo, debes de estar vivo en otra vida- pienso. Quizá Pasándotela bien en algún lugar del universo.    lilo

martes, 29 de marzo de 2011

Viento, frio y…vacío.

Me siento como en un instante suspendido, como una grulla en origami en un tiempo replegado. Pero como dicen que el tiempo perdido no se recupera nunca, de algún modo supongo que debo continuar.
Te he escogido a ti para contar esto porque eres bueno, me sabes escuchar y eres de fiar. Con los pies bien puestos en el suelo y esos ojos que desvían mi mirada para impedir que vea lo peor de este mundo.

Hace algunos días empecé a sentir nuevos dolores…

Algunas veces olvido todo lo que he perdido. En momentos así, me convierto en un monstruo, así me siento. Y sin embargo, la gente con sentimientos como los tuyos, nunca me lo han reprochado, al menos hasta ahora.

He  vuelto a tomar  tranquilizantes y pastillas aunque no las soporto porque cada día me alejan un poco más de los sentimientos humanos.
Naturalmente, distraen la desgracia y disminuyen el dolor de cierta forma, pero me hacen olvidar todo, dejo de sentir todo, incluso a mí misma, tengo la impresión de estar muerta. La aflicción, la culpabilidad, el dolor, el terror, la tristeza, como mínimo siempre estarán vivos, y si sigo así,  corro el riesgo de perder lo poco que me queda y miedo de que tú te alejes, de que empaques tus sentimientos como maletas, te marches y me olvides,  y yo me quedaré sola en esta vida que me parece demasiado grande,  simplemente no tallo a su medida; donde siento que estoy ahogándome en este inmenso espacio, con ausencia y sin luz. Otra pérdida más, no! y si eres tú… no sobreviviré.
Acabo sintiéndome como siempre,  ridícula y egoísta.
Alguien ha pronunciado mi nombre, me levanto y a mí alrededor todo me parece irreal.
Han cambiado bastantes cosas en estos últimos tiempos, pero yo, a pesar de todo creo que sigo siendo la misma.

No me olvides, y nunca olvides que te quiero.

lilo
http://www.youtube.com/watch?v=Qt2mbGP6vFI

lunes, 28 de marzo de 2011

Mi estado en el tiempo...

paso completamente quieta en la cama largas horas, a veces siento que la respiración se me va, y mi aspecto ya no me ayuda en nada. Estoy cayendo.
Reparo un momento para recordar tu mirada fija en mí sin decir una sola palabra, tan solo una sonrisa, y a mí como siempre me atacaban los nervios al escucharte hablar. Mi nombre en tu boca sonaba tan diferente. Cuando pienso en ti voy muriendo poco a poco, pero así me siento bien porque solo así puedo sentirte cerca.
Ojala pudiera arrancarme de esta vida de una buena vez, ya no quiero hacer daño ni que me hagan daño. SI!, estoy asustada. Mi voz está a punto de ahogarme.
Discúlpame, estoy llorando otra vez. Sé que si estuvieras aquí y ahora no soltarías mis manos y me secarías los ojos. Por favor! Necesito recuperar el aire o dejar de necesitarla para siempre. ¿¡Por qué te fuiste sin mí!? Y yo sigo sin dejarte ir.
Esta noche he vuelto a soñar que volvías. Entonces, al despertar me puse vestido, puedes creerlo!!! Jamás olvidaré tu sonrisa de esa única vez que me viste con un vestido. De pronto el sol parecía deslumbrante, voy a la cocina y me siento en la mesa con una taza de chocolate en mano y dejo otra taza en el asiento que está a mi lado, me quedo esperando, espere ese beso que más nunca volveré a sentir en mis mejillas.
Cuando tú estabas conmigo todo estaba bien, al menos parecía normal. Pero resulta que ahora ya no estás aquí, el sol parece haberse eclipsado, la luz desapareció y yo… me volví invisible.
He vuelto a despertar en mi habitación que ahora es de un negro imperfecto. Yo viva y tu muerto. Maldición!!! Por qué diablos tenias que irte!? Por qué deseaste salvarme!?. Me dejaste en una espera, ausente y sin descanso.
Tú me devolvías el aliento y las ganas de vivir y hoy, me desgarras el corazón. No te olvido, aun te quiero y…
Parece ser que uno sueña lo que más desea en el mundo. ¿Cómo puedo dejar de soñarte?,¿ como  detener esas esperanzas?
Ya no quiero un segundo más de sufrimiento, espérame!
PD. Pronóstico del tiempo: cielo siempre negro, la lluvia recia, el viento fastidioso. La vida pierde sentido dos grados cada día, mi corazón está hecho un diluvio. Se descompuso desde que no estás.


lilo

lunes, 21 de febrero de 2011

trocitos de sueño, esperanza y corazón...

Parezco muerta, trato de levantarme descalza, temblando de frío,  de vergüenza y confusión, trato de avanzar pero mi mis rodillas han topado con la pared, no lloro, tratando de taparme la boca con una mano. Cuando veo la luz de las calles reflejándose en mi habitación, siento la burla del destino. Ahora hablo solo en voz baja, sin risas y pocos movimientos, se me llenan los ojos de lagrimas con frecuencia y este cuerpo se me ha cubierto de frío que casi no lo siento.
TE ODIO! pienso, mas sabes que es tan solo un disfraz de un enorme TE QUIERO…y tal vez mucho más que ayer, mucho más de lo que he podido, mucho más… MALDITA SEA!!! Será que por cobarde y débil me he enfermado porque me siento esclava de una neblina tan espesa que avanza cada vez más hacia mí, implacable y a veces invisible. Al menos la libertad ha permanecido junto a mí, aunque tampoco ha podido detener mis temores. Trato de no alarmarme y me consuelo pensando “los dolores tampoco son nuevos”, se que el sol se ha marchado desde hace mucho tiempo, ¿qué estoy más delgada?, es cierto, pero quizás me logre recuperar con el tiempo y quien sabe tal vez vuelva a comer como antes, lo digo sarcásticamente sin que nadie lo note… si alguien me escuchara, seguro me observaría sin hacer ningún comentario. Cuando un enfermo empeora, el miedo entra implacable en el corazón, y cada vez que esto pasa siento derrumbarme y a la deriva siempre por primera vez totalmente vulnerable a todo, soy incapaz de pensar en nada, menos en una solución a esto, busco consuelo en la fe para que se haga cargo de mis problemas, pero esta no se atreve a tocar ni al más viejo sentimiento. Esta fe que ahora es  tan pobre y sin vitalidad, se va desmoronando y también se vuelve dependiente, limosnera de amor y cuidado.
Te extraño!!! Por qué no estás aquí ahora!? Por qué no me ayudas a buscar un plan infinito para controlar esto, quiero y necesito un plan para la carencia de ánimo y una esperanza mal nutrida… el dolor me está haciendo añicos. Eres lo más cercano al consuelo que necesito, y sabes que si no fuera así nunca me hubiera atrevido a decirte esto,  a robarte este momento, y a pedirte que no me sueltes. Hoy me llueve incertidumbre y tristeza apremiada.
Trata de seguir mis huellas por un momento, de adivinar mis sueños, así alejar los susurros de la muerte y  que la vida logre escuchar mis necesidades, ayúdame a resistir esta historia, ayúdame al menos a imaginar que este deseo es posible.
Si ves ya no que queda orgullo, tan solo temor, el cual te predico porque me niego a ver un medico más, pues si al tratar de sujetar tu mano no la encuentro, prefiero diluirme en el sufrimiento a fuerza de obstinación. Sabes que ya no confió en nadie, que me pesa el fatalismo y la desconfianza.
POR FAVOR dame dos minutos más para tratar de imaginar que estas aquí, que te encontraré antes de que acabe el camino. Espero que haya un día después de este para poder volver. No pretendo que el mundo me recuerde, tan solo que no venga un olvido tan apresurado de mi imagen a tu memoria.    lilo

http://www.youtube.com/watch?v=Noqsmbq84VA

lunes, 7 de febrero de 2011

Estación del tiempo…


El ambiente se enrareció como en los tiempos peores y yo queriendo decir que no, porque las fuerzas se me estaban agotando poco a poco y me volví vulnerable ante las intransigencias de la vida.  
Cruce la calle con la mayor de las prisas porque en este lugar los vehículos parecen no tener frenos. En la estación del bus espere un largo rato, de repente vino a mi mente el deseo, la esperanza fija de que aparecieras por algún lado. Mis ansias acabaron en una gran desilusión porque tú ni siquiera estas cerca.
Hoy creo pensar que hasta los árboles lloran tu partida, que la brisa se vuelve lluvia ligera porque tú no estás, y ni siquiera me queda la esperanza de que algún día puedas volver. Las circunstancias, el tiempo, la vida, lo inexplicable me hace dar pasos en reversa, por donde estuviste y pierdo la cabeza creyendo que caminas junto a mí.
Los días sin ti son la desilusión de un futuro incierto y sin esperanzas de un día feliz… el corazón días se me acelera, días se detiene y mi aire se llena de suspiros vacios.
He terminado de arrancar las ultimas margaritas que quedaban en el jardín porque ya no tiene sentido que sigan allí.
Te gustaba verme ensimismada en mis eternas lecturas, aunque siempre decías que no, te gustaba tanto escuchar mis historias de nunca acabar con emoción, risas y todo.
Me enamore de tu naturalidad y la ingenuidad que fingías para agrandarme ante los demás, tu ternura que me estremeció en días de tristeza y día de alegría. Admiré siempre tu forma de ver y vivir la vida con originalidad, y lo de ser espontaneo simplemente te resultaba increíble.
Quiero decirte tantas cosas, tantas cosas me quede sin decir. Porque el amor no se entiende, tampoco se puede explicar. El día que te dije ¡No entendí!, ¡lo siento!, la verdad es que no sabía cómo ni qué hacer cuando pretendía ayudarte.
GRACIAS por vivir la vida conmigo y hacerme vivirla con gracia y alegría; hacerme creer que todo era una gran aventura, sin pensar que se trataba de formar un futuro más de seguridad que de ser feliz.
Nunca te pude decir que me encantaba ver tu cara de enojo fingido y la risa que me provocaba ver tu cara cuando la lluvia te mojaba; tampoco pude decirte que disfrute muchísimo cuando te reías de tus propias bromas, aunque no les entendiera o no tuvieran ninguna gracia, y los momentos en los cuales te perdías concentrado y angustiado tratando de ayudar a los demás, sencillamente te magnificaban.
Por favor, perdóname!, por las cosas que nunca hice y por hacer cosas que nunca debí hacer; por no decirte Te Quiero para siempre, por no decirte Te Amo, por no resignarme a que te has ido, por pensar en que, como tú no regresaras conmigo, yo me quiero ir contigo. Como decirte NO, no quiero que te duermas, que cierres tus ojos y te marches,  es como decir; si me escuchas y regresas, todo será mejor, reiremos a reventar y explotaremos los días al máximo. –dime que SÍ.
Nunca debiste verme llorar, porque tampoco llegaste a saber cómo terminaba sintiéndome al ver tu rostro derrumbarse de tristeza al creerte impotente ante mi salvación. La verdad es que al ver tus ojos húmedos y sentir tu corazón herido, resultaba siendo esa mi única frustración, pues el dolor se me hinchaba cambiado el motivo.
A pesar de que el sol brille y las tardes siguen siendo una maravilla, ya no tienen la magia y el milagro de vivirlos, todo se fue y desapareció contigo, también mi corazón.
Quiero hablarte sin parar y contarte todo lo que me ha pasado, y lo que no he hecho desde que no estás. Quiero pedirte que no te vayas a la tierra del olvido, al mundo de los sueños eternos, al menos no sin mí. ¡No me dejes aquí!, quiero volver a reír contigo, ser feliz sin miedo a nada…
Caigo del delirio a la realidad, dándome cuenta de que además de mi mente empecinada y la fuerza del amor que te tengo, no existe absolutamente nada más que me dé la certeza de que aún no te has marchado y que me escuchas. Pero por si no he ganado, dame un último minuto para pedirte perdón, por gritarte la última vez que tus ojos me miraron, exigiéndote que te levantaras, que no te fueras porque segundos después sentí que alguien me había arrancado la vida y… te hable sin que tú pudieras responder, me estremecí de hombros, con las rodillas al suelo sosteniendo tu cabeza. Esperé en un último milagro tu reacción, ¡Te grité! Y lloré a grito pelado de dolor y de odio al escuchar tu adiós, tan débil y lleno de amor.
Cómo pedirte que no, que no te vayas, si hace muchos años que ya no estás...
Me subo al autobús con prisa y pareciera que nada ha cambiado, que todo, todo sigue  igual.
                                          .http://www.youtube.com/watch?v=A1mPY9z4kvQ

sábado, 5 de febrero de 2011

para ti, con dolor...

Papá:
Te escribo ya que no puedes escucharme. No puedes responderme.
El silencio es tu castigo por haberte ido de esa forma tan estúpida de mi vida. Siempre fuiste demasiado duro, trabajabas demasiado para no darme un instante, para no regalarme una mirada, una palabra, lo que te resultaba toda una pérdida de tiempo.
Se supone que debías de convertirme en una persona fuerte, segura, de futuro y de trabajo, ¡como tú! ¡Ya ves! He crecido, me muero de miedo, me siento tan sola y mi futuro ha desaparecido ¿¡Cómo la ves!? al menos no me portaré de la forma tan idiota en que tú te comportaste. En lo que si me parezco a ti es en lo terca e imprudente, tú solías lastimar a la gente con tu franqueza de hielo, ¡lo siento! Yo soy igual, algo tuyo tenía que heredar, ¿no?
Has de estar enterado de mis últimas aventuras, pruebas y sucesos, por si no, déjame ponerte al corriente: no logré terminar los estudios que tanto quería, pero si aprendí lo que se siente ser una persona de segunda clase, que tus amigos te olviden, y que el resto de la gente ignore tu existencia o te tenga lastima.
Sabes, hoy fui a la universidad a hacerme una prueba pendiente, fue una experiencia horrible; el lugar estaba lleno, todos los presentes esperábamos el examen, pero lo que me llamo la atención fue que todos parecían tan despreocupados, que los dientes se les veían con cara de prepotencia, hasta los maestros se cargaban una grosería y sarcasmo detestable.
Después de casi dos horas el examen termino, todos hablaban mil cosas entre sí, yo no entendí nada, pero si sentí la arrogancia de cada uno, y después de un instante insoportable el maestro dijo que esperáramos por los resultados; yo me harté, salí sin previo aviso y sentada en el pasillo decidí esperar desde allí. La cabeza me daba vueltas y sentí ganas de llorar, quise pararme y no pude, y cuando estaba a punto de estallar, anunciaron la entrega de notas.
¿¡Qué crees papá!? ¡PERDÍ!, así como lo ves, me jale los cabellos y comencé a temblar; no lloré porque yo nunca lloro (frente a los demás claro) pero estuve a punto de hacerlo. Fue algo tan horrible porque aparte de no aprobar el examen, aquí se me muere y desaparece otro sueño.
Me quede callada un largo rato y pensé en todo lo malo que me ha pasado, porque como sabrás, aparte de las grandes diferencias con mis hermanos y el abandono invisible de mamá, lo de la enfermedad me ha acarreado mil desgracias más, por ejemplo que estoy desempleada, ¡así es!, y por obvia razón súmale  mi mala situación económica actual, eso sin contar lo otro.
Papá, ¡¡¡Estoy harta!!! La psicóloga dice que tengo que salir de aquí, cambiar de ambiente para que se me quite el trauma de todo esto que sucede, y por supuesto lo de haberte perdido. Eso es estúpido porque necesitaría como mínimo un viaje a la luna para que este dolor que siento disminuya un poco, además  imagina con qué dinero he de viajar, si ahora a penas me alcanza para llegar al café que está a unos metros de aquí y, aunque pudiera largarme lejos no puedo (ya sabes porque). Aquí me siento encarcelada y siento que a veces me cuesta respirar.
Bueno papá, espero que tú te la estés pasando muy bien, al menos la última vez que te vi así parecía… perdóname, escribo puras tonterías, pero me da tanta rabia nunca haberte tenido, no tenerte aquí ahora que tanto te necesito. ¡Me haces mucha falta! No tienes idea de cuánto. He sobrevivido con esta detestable enfermedad, con mamá a medias, sin novio, sin amigos, pero definitivamente no he podido estar sin ti. Lo que más me duele de todo esto no es tu ausencia sino el hecho de que NUNCA me quisiste. La última vez que te vi ignoraste mi mirada con desprecio, como si la del error hubiera sido yo y no tú. Yo nunca te fallé! Tú sabes muy bien que desde que tengo uso de razón no hice más que tratar de ser quien tú querías que fuera, para que te sintieras orgulloso de mí, pero jamás te quisiste dar cuenta de nada. Además, yo nunca quise ser como soy, y de saber que así sería mi vida, menos.
Sé que a estas alturas ya nada importa, sigo tratando de olvidar esos detalles… otra vez estoy apretando los dientes para no llorar.

 Solo quería que supieras que a pesar de todo, para tu gusto o molestia no te he quitado el título de “Papá.    lilo

miércoles, 2 de febrero de 2011

Desde lejos… mucho más allá.

A menudo las cosas son el cero a la izquierda que parecen, mi historia está dentro de estas.
No importa cómo ni cuándo, las palabras me han aclarado lo que no lograba comprender, y esto me hace sentir que he caído en la acera de los espejismos, mi existencia se ha roto volviéndome menos que nada. Ahora soy mi propia cárcel por debilidad, por egoísta, por ser tan cobarde y miserable, y eso me hace caer aun mucho más, en el estado del miedo y la vergüenza. Sé que no hay reparación posible, pero espero que, a pesar de todo, me gustaría pensar que mi historia haya podido enseñarte algo, claro, tampoco pretendo dar lecciones de nada, pues aquí sufrí todo el tiempo de soledad propia y ajena.
De vez en cuando un recuerdo opaco recubre mis ojos, una tristeza que en esos momentos no logro eludir, eres tu quien ha visitado mis pensamientos. Cada día te reduces más, vas desapareciendo, me desespero. De ti  ya no me queda nada más que papel.
Mi habitación parece ir envejeciendo un poco más cada día, te escribo y te releo; algunos borrones, tachones, páginas arrancadas. Ya sabes, no digo nada, me encojo de hombros,  rio y lloro a la vez, es un estado inverosímil, y eso me hace caer en la cuenta de nuestras vidas están tan llenas de misterios y como muestra de ello te puedo decir que al pensar en ti caigo en la emoción de sentirme tan triste como feliz. Me quedo mucho rato inmóvil, estremecida, herida, perdida, tratando de asimilar lo ya evidente, que todo ha terminado.
Supongo que es mejor ya no hablar de lo que paso, pero al menos entérate de que nunca deje de sentirme débil, culpable,  imbécil, por la pérdida, por mi forma  inexorable de amar, y eso fue lo que acabo con mis esperanzas de ser feliz.
Tu confianza hacia mi permaneció intacta a pesar del tiempo, a pesar de mi distancia, y estabas ahí a pesar de todo… siempre me pareció incomprensible que me hayas elegido a mí y que me hayas querido de tal manera. Mucho más de lo que me merecía.
Evidentemente ya no soy la ilusión de vida, de sueños que conociste, ahora tan solo y simplemente soy… una chica más.
Es todo lo que puedo decirte, es lo mínimo que te pereces.   lilo

http://www.youtube.com/watch?v=ABpvdszxtbI

lunes, 31 de enero de 2011

Los recuerdo son poderosos, el dolor aun más...

Aquí he llegado buscando a gritos los brazos de mi madre, pero algo flota en el aire de este tiempo que se resiste a la ternura, unos abrazos que raspan, erizando como espinas infinitas, se han roto todas las comunicaciones en casa, las ventanas se abren a media noche envueltas en miedo, viento y cortinas revueltas, sin que nadie sepa que empezó primero.
Es una cosa triste, triste como lo que se asienta en la comida después de comer una manzana a medias. Es un tristísimo hambre de todo; los días, el domingo sobre todo, que transcurre con los ojos entre sollozos  y, hay algo que no se deja ver, un pensamiento color canela que va abriendo puertas cerradas para siempre.
Algo flota en la cocina, en el baño, en la habitación, en todo lugar; extraño,  irreal, sobrenatural. Es algo inmenso como una capa de algo que se repite y fracasa, y que se deposita en mi piel como mancha o suciedad.
Todos se matan por discusiones tontas. Papá ya no está en la punta de la mesa como antes, ni lo estará nunca más. Relucen los sueños tirados a medio camino y las dignidades bajo el mantel. Ahora nadie sabrá lo que pasa.
Me miraban hablando entre ellos, y aunque ya no haya nada de que discutir, se empecinan en construir una malla fina de odio que no se rompe. ¡Yo no entiendo!, a pesar de sentir que me estoy volviendo loca un poco más todos los días, tal como las cosas en este país.
Ellos están desesperados por este viento helado, que no cesa en el revés de las cosas, a veces pienso que la casa está esperando que suceda algo para seguir sobre sus cimientos o caerse. La vida cotidiana se arruga a ojos vistos en la habitación más chica de abajo, la mía. Vivo condenada a estar sola para siempre, y sin embargo me miran amenazadores desde arriba con sus gestos crueles, es cuando para mi vuelven la existencia al alcance de las pesadillas.
Papá y mamá cada uno por su lado, se me perdieron por una neblina de no estar, cada uno en el extremo de una línea que no logro divisar…
El sol entra por las cortinas opacas como yemas pequeñas hinchadas de color amarillo pastoso que se caen al suelo de la habitación, manchando de colores tristes. Porque son las tres de la tarde en este cuarto del primer piso, preparado hace tanto tiempo para alguien que quizá no era yo, y que ya no llegará nunca  y... que debía de alegrarles la vida a mis padres. Esta habitación que con el tiempo y el desamor se ha vuelto invisible.
Por ahora el corazón aun me late, un pequeño rayo de sol bajo, y una suave brisa ha dispersando uno nube que parecía polvo de talco… así elevo mis deseos sobre las tejas, sobre los árboles desnudos de hojas, pálidas como si su único alimento hubiese sido la obscuridad o seres pensativos, ensimismados en un solo suspiro, chirriando en medio del paisaje de alguna tarjeta postal olvidada. Ritos de oración que parecían venir de un desierto para irse por una alcantarilla, la verdad botada junto a las banquetas, debajo de algún puente donde se junta todo olvido, la basura, debajo de este mundo lleno de dolor… de tristeza.
lilo

viernes, 28 de enero de 2011

Un día más...

Si tengo la razón o no eso es lo de menos, cada día es un tema y yo, otro también. Hoy el día parece sonriente y agradable, pero el ambiente a mi alrededor cae en picada y se desmorona estrellándose contra el piso, en otras ocasiones paso semanas soportando esa sensación nauseabunda a punto de hacerme reventar las razones múltiples y banas a la vez, ya no estoy seguro si suspirar, guardar silencio o dejar que se derrame todo lo que brota de mi mente, lo cual podría ser bueno o estúpido, sin embargo…
Cuando en el corazón se amontonan los dolores, arden los ojos por tantas lágrimas que caen, y las costillas parecen estallar porque el corazón se hincha de dolor. No encuentro otra explicación en este momento, la vida se me vuelven un laberinto que me tortura porque no me logro liberar, no encuentro ninguna salida, porque cada vez me siento más cerca de la desolación.
Cuando la melancolía se me entremete, suelen aparecer los lamentos y yo trato de buscar alivio y condolencia en los sueños, sueños que aparecen, mueren y, ya no tengo.
Escribo porque me inspira la nostalgia y el dolor que por todos lados me sobra, porque cuando pienso me vuela la imaginación, y ya parece que me sale algún verso herido o alguna composición a punto de llorar.
La brisa se ha llevado cada sonrisa y cada suspiro de mi corazón, y únicamente ha quedado el eco de algún anhelo que se resistía a morir. Imagina que alguien pudiera contar cada lagrima que   la aflicción vierte en nuestros ojos?, seguro que en alguna otra vida, seguiríamos viendo la tristeza y sintiendo el corazón vibrar…
Mientras tanto veme tratando de hacer mucho y todo a la vez para hacerme olvidar el terrible dolor que me cuelga por dentro y que no tiene que ver con nada. Me beberé una tristeza a las seis de la mañana junto al viento que desabrocha los abrigos y enfría la cabeza recién lavada, para olvidarme (según yo) de algo que no se olvida, al contrario se vuelve caliente como una sopa sin humo.
Afuera, en la calle los caminos se atacan y siento que se me vienen encima. De veras!, sin embargo lucharé contra un dragón de siete cabezas (los días de la semana),que aparecen aunque trate de esconder mi cabeza bajo un gorro de algodón y diga que tengo dolor de cabeza, y que tengo que ir a trabajar con una mochila pequeña colgada de un hombro o en la espalda, en la que solo caben un pequeño cuaderno para mis notas, mi almuerzo y mi desgracia.
lilo

jueves, 27 de enero de 2011

nostalgia en el pasado...

Quiero llorar, gritar, tratar de pedir socorro, pero sé que no serviría de nada, así que termino por hacer un esfuerzo por tranquilizarme, respirar profundo, tomo una ducha con agua caliente, pero… nada resulta efectivo, sigo como al inicio. Entre tanto he puesto mi habitación patas arriba y todo me parece inútil, entonces, ahí, a media habitación me dejo caer de rodillas, temblorosa, agotada, pero aún sin soltar una sola lágrima. Me siento perdida como en el triangulo de las Bermudas de mi imbecilidad.
Yo siempre amanezco sin avisar, días me encuentro, días estoy ausente. Pasa el tiempo y siento que voy a volverme loca para siempre, se me han agotado las hojas para desahogarme y el teclado de mi servidor se va cansando, acompañado a esto he bebido café en exceso, lo que ha hecho que me tiemblen las manos, entonces acabo por sentirme totalmente descompuesta, al punto de querer lanzarme por una ventana desde un decimo  nivel y aterrizar hecha añicos por los suelos, pero como nada me sale bien, resulta que aquí apenas si tengo ventana, y mi habitación parece estar en el sótano…
Solía imaginar montones de cosas, nada parecido a lo que la gente llama NORMAL. Aspirando, soñando cosas que no tuvieran olor o sabor a soledad y tristeza…  aaaah! Pero resulta que de nada sirve hacerse ilusiones o, de mala sangre porque ya todo es inevitable.
¿Qué diablos me pasa?
 Porque cada vez que  me dan estos ataques de angustia, tristeza y honda soledad, apareces  nítido en mi memoria y te necesito!!!, y mi mente repite con frecuencia mi mejor recuerdo de ti,  de aquel día que te vi por la calle; no puedo explicarlo pero desde entonces, cuando te vi ese día supe que eras tú! , el objetivo que quería alcanzar, quien le daría sentido a mi vida. ¿Por qué?, simple!, yo con la cabeza cubierta  y los ojos  lluviosos, bajo una tormenta que deseaba desaparecerme, me tropecé en tu camino… entonces tu, como camuflaje para mi existencia, convertiste toda mi tragedia en un extraordinario milagro que me lleno de paz, y luego de un tiempo te pregunte qué, si pudieras volver atrás y tuvieras elección… ¿me volverías a escoger o elegirías a alguien con una vida menos complicada y atroz!? 
Con una sonrisa adorable dijiste. - me gusta que seas así, y en mi vida te cambiaría.
Mi cerebro y corazón, antes de ti, se habían declarado una guerra fría, pero desde aquel día los ataques de nervios, de llanto se fueron cesando.  Ahhh!!! Pero al parecer, en este mundo lo bueno no dura mucho y el tiempo me hizo falta;  apareció el silencio y tu… te fuiste desvaneciendo.
Ese ultimo día, coloque una almohada sobre mi cabeza y  de espaldas suspiré. No dije nada más. Trate de dormir, pero claro, no pegue un ojo en toda la noche, ni en muchas  otras que vendrían, mi cabeza iba y venía a la velocidad de la luz, se metió el miedo en mi cuerpo cambiando mi mirada, así que…lloré, tanto que sentí que la respiración me abandonaba, como si fuese a morir ahogada dentro de mí misma.
 Nadie puede ser feliz con el corazón doblado en una cajita! Para mí ya no hay nada nuevo bajo el sol, aunque tengan que fingir que cada día tiene un sentido especialmente relativo.  Lo siento!, necesito un poco de aire…
Yo, la que se volvió clandestina,  quien ya no puede dormir como antes, quien parece vivir al otro extremo del planeta...  perdí mil batallas, la guerra,  y… a ti, para siempre jamás.    lilo

miércoles, 26 de enero de 2011

Como TÚ...y no quiero!

Camino de vuelta a casa sin fuerzas y con desgano… me siento hecha trizas. Camine sola sobre la carretera con los zapatos casi rotos, deje entre abierta la puerta de mi habitación, me senté en el escritorio, me tome la cabeza entre las manos y esperé las lágrimas que no cayeron.
Tenía muchas horas por delante, era lo único que lograba sentir, la inmensidad del tiempo igual a este segundo, no a otro segundo de silencio, no a otras miles de horas en que la habitación de al lado ha permanecido vacía, sino sólo igual a este silencio y a este vacío.
De pronto hasta la seguridad se me acabo, saque una hoja por debajo de mi codo, un lápiz y empecé a escribir.
Papá: Una y mil veces juré no ser como tú, y tú no hiciste más que sermonear mi juramento, pero no sabías que, no sólo juraba no ser como el ogro que tú eras, sino, no ser como tú inteligente, como tú fuerte, como tú perfecta, como esa infinita cantidad de cualidades que querías que fuera y que yo… ya no puedo ser.
Juré no transformarme. Ser siempre la misma, aunque eso fuera nada, porque más que los ataques de enojo, gritos o insoportables peleas y reclamos sin razón. Yo le tenía miedo a esa capacidad tuya de transformarte. Pero me vieras en estos precisos momentos volviendo de una transformación tan violenta como las tuyas, y como tú, no sé si aplaudirme o destruirme… destrozarme. ¡Y no me he tomado nada!, nada que me explique, nada que adormezca. Estoy sobria y soy como tú.
Acabo de herir los sentimientos de alguien a quien quiero tanto, quien lo único que ha hecho es tratar de salvarme y quererme. Me siento tan llena de errores, torpezas, dolor y egoísmo. Aunque mi egoísmo esta tan lejos de parecerse al tuyo, tú egoísmo de no solo pensar únicamente en ti,  sino también pretender poseerlo todo. El mío, de ser tu víctima y extrañarte a pesar de todo, porque gracias a todas tus exigencias, tus desprecios y al tiempo ahora; aunque no te vea nunca, aunque nunca me hayas querido, eres parte de mis recuerdos; sin prestarte, sin pedirte de vuelta y mucho menos pretender que me quieras. Egoísta, torpe, buena o no… yo no me salvo, peor aún, no quiero salvarme, aunque a veces juego a que sí.
Después de mi madre no quise a nadie más que a ti, aunque no te perdono, aunque no se acabe mi dolor. Tengo mucho miedo, que no me deja, que no se borra, que no me liberarme de ti, y que te haga desaparecer para siempre… pero y entonces qué haré!, esto ya ha sido demasiado. Ya no puedo soportar.
Alguien me pide que espere, esperar qué? Si tú nunca me quisiste y yo ya me canse, se acabaron mis fuerzas. Pero antes de que ya no resista la apuesta que me gane desafiando a la muerte, desafiando el día y la noche… sola frente a mi propia vida, una vida que pudo haber sido como cualquier otra pero que resulto ser tan diferente de cómo  yo la soñé. Me marcho con mi eterna sonrisa de siempre y me lanzaré sin miedo al otro lado de la pared que los otros tanto temen…
Al finalizar esta frase encontré el cansancio necesario para recostarme en el suelo, al lado de la silla. “todo es una tontería”- pensé, como si siguiera escribiendo.
Me puse a respirar contando los latidos de mi corazón. Junto corazón y pulmones, voy contando hasta que consigo quedar dormida.   lilo

martes, 25 de enero de 2011

Mi conciencia, mi memoria y... tu!

Llega un día en el que siento que ya no puedo seguir viviendo como de costumbre, el dolor se hace cada vez más fuerte y me falta el aire. Demasiado intenso. A veces me da miedo quedarme dormida en público, desparramarme ahí  y que no estés para recogerme y colocarme con suavidad entre tus brazos. Entonces decido quedarme en casa y cada vez paso más tiempo en la cama, ya no salgo ni a tomar café con mis amigas, ya no…y puede que ya nunca más vaya.
Quiero sentarme junto a ti y decirte que eres la única persona en el mundo cuyo cariño por mí ha sido sencillo e incondicional, a diferencia del de los demás que siempre ha estado mezclado con otras cosas. Lo que querían que fuera, en lo que esperaban que me convirtiera, lo que soñaban para mi, en cambio tu simplemente me querías!.
Siento que me pierdo, y quiero apretar tu mano. Los huesos y las venas se me notan más de lo que deberían y… miro con tristeza tu cara en una foto, de aquella primera vez que te conocí, y me duele en el alma pensar que ya no te volveré a ver, y lo único que se me viene a la mente es querer decirte que eres maravilloso. Tú me has conocido y eso para mí es suficiente.
Creí en las alegrías, e intente ir por más. ¡Qué tonta he sido!
Quise hacer magia, y yo misma me he destruido.
Puedo odiar al mundo por este camino tan empedrado  y en pendiente que me ha tocado, pero tampoco quiero verme ni sentirme como una mártir, así que no te preocupes ni te enfades conmigo por favor.
Me decías: “Las cosa no deberían haber sido así”, sin embargo ¿Por qué no?, ¡la vida no es precisamente como una la desea!. Quise correr a buscar la libertad que parece perdida y olvidada, pero aún no la he encontrado. Mientras tanto dejaré de pensar en el pelo que ya no tengo, el peso que he perdido y trataré de recomponer pacientemente los pedacitos de mi vida, que voy encontrando tirados porque se ha desmoronado bajo mis pies. Antes de quedarme dormida suena tu música en mis oídos, así consigo sentirme menos sola.

Solamente quise tener otra oportunidad para hacer algo bien, o al menos algo completo, pero todo se me quedo a medias.  lilo

lunes, 24 de enero de 2011

Mente triste y cansada

Después de un largo y ajetreado día, llego a casa y al entrar en mi habitación, en las paredes veo evidencias de mi vida… y entre ropa, libros, fotografías, discos, recuerdos traídos de diferentes lugares, me siento impotente, incapaz de decir una sola palabra, tan solo se repiten recuerdos amontonados en mi mente que conservo inútilmente y que me gustaría dejar tirados en la calle, porque me hacen daño, porque todo resulta absurdo e imposible, porque nada volverá a ser jamás.
Todo esto que un día me hizo sentirme emocionada y feliz, hoy me da la impresión de estar perdida… entonces me doy cuenta que nunca se está verdaderamente solo en este mundo hasta que todo lo que querías se ha quedado atrás sin esperanzas de una segunda oportunidad, un futuro.
Sigo sin pronunciar una sola palabra, mas mis ojos lo expresan todo. Me gustaría pensar que voy a morir con algo parecido al horror o con algún amor adherido, porque de alguna manera, el miedo y ese oscuro sentimiento que me causa la humillación del cáncer, desaparecerán o al menos aprenderé a vivir con él. Dicen que el cariño mantiene y supera el espanto, la tristeza y miles de pérdidas, sin embargo al final lo que prevalece es una terrible ausencia gigantesca que es lo peor que pueda existir. Día o noche me dan igual, bien pudieran rotarse el turno que ni me enfado ni lo noto. El dolor lo tengo en un costado, la cabeza a punto de estallar y mis pies no reaccionan. Me extiendo sobre la cama, respiro lento y profundo, cierro los ojos. Quisiera quedarme dormida en el primer pestañazo pero mis esfuerzos son en vano pues permanezco despierta largas horas a pesar del cansancio, entro y salgo de un sueño en donde repentinamente escucho una voz, esa voz que se dirige a mí, tu voz que me dice “Estoy Aquí”, y yo dejo escapar el miedo y el dolor esperando que se pierdan… No necesito decir nada, tan solo GRACIAS!
 Toma un sorbo de té, sonríe y recuerda… el amor echa a perder el corazón, pero es lo único que te hace ver este mundo hermosos. lilo