lunes, 21 de febrero de 2011

trocitos de sueño, esperanza y corazón...

Parezco muerta, trato de levantarme descalza, temblando de frío,  de vergüenza y confusión, trato de avanzar pero mi mis rodillas han topado con la pared, no lloro, tratando de taparme la boca con una mano. Cuando veo la luz de las calles reflejándose en mi habitación, siento la burla del destino. Ahora hablo solo en voz baja, sin risas y pocos movimientos, se me llenan los ojos de lagrimas con frecuencia y este cuerpo se me ha cubierto de frío que casi no lo siento.
TE ODIO! pienso, mas sabes que es tan solo un disfraz de un enorme TE QUIERO…y tal vez mucho más que ayer, mucho más de lo que he podido, mucho más… MALDITA SEA!!! Será que por cobarde y débil me he enfermado porque me siento esclava de una neblina tan espesa que avanza cada vez más hacia mí, implacable y a veces invisible. Al menos la libertad ha permanecido junto a mí, aunque tampoco ha podido detener mis temores. Trato de no alarmarme y me consuelo pensando “los dolores tampoco son nuevos”, se que el sol se ha marchado desde hace mucho tiempo, ¿qué estoy más delgada?, es cierto, pero quizás me logre recuperar con el tiempo y quien sabe tal vez vuelva a comer como antes, lo digo sarcásticamente sin que nadie lo note… si alguien me escuchara, seguro me observaría sin hacer ningún comentario. Cuando un enfermo empeora, el miedo entra implacable en el corazón, y cada vez que esto pasa siento derrumbarme y a la deriva siempre por primera vez totalmente vulnerable a todo, soy incapaz de pensar en nada, menos en una solución a esto, busco consuelo en la fe para que se haga cargo de mis problemas, pero esta no se atreve a tocar ni al más viejo sentimiento. Esta fe que ahora es  tan pobre y sin vitalidad, se va desmoronando y también se vuelve dependiente, limosnera de amor y cuidado.
Te extraño!!! Por qué no estás aquí ahora!? Por qué no me ayudas a buscar un plan infinito para controlar esto, quiero y necesito un plan para la carencia de ánimo y una esperanza mal nutrida… el dolor me está haciendo añicos. Eres lo más cercano al consuelo que necesito, y sabes que si no fuera así nunca me hubiera atrevido a decirte esto,  a robarte este momento, y a pedirte que no me sueltes. Hoy me llueve incertidumbre y tristeza apremiada.
Trata de seguir mis huellas por un momento, de adivinar mis sueños, así alejar los susurros de la muerte y  que la vida logre escuchar mis necesidades, ayúdame a resistir esta historia, ayúdame al menos a imaginar que este deseo es posible.
Si ves ya no que queda orgullo, tan solo temor, el cual te predico porque me niego a ver un medico más, pues si al tratar de sujetar tu mano no la encuentro, prefiero diluirme en el sufrimiento a fuerza de obstinación. Sabes que ya no confió en nadie, que me pesa el fatalismo y la desconfianza.
POR FAVOR dame dos minutos más para tratar de imaginar que estas aquí, que te encontraré antes de que acabe el camino. Espero que haya un día después de este para poder volver. No pretendo que el mundo me recuerde, tan solo que no venga un olvido tan apresurado de mi imagen a tu memoria.    lilo

http://www.youtube.com/watch?v=Noqsmbq84VA

lunes, 7 de febrero de 2011

Estación del tiempo…


El ambiente se enrareció como en los tiempos peores y yo queriendo decir que no, porque las fuerzas se me estaban agotando poco a poco y me volví vulnerable ante las intransigencias de la vida.  
Cruce la calle con la mayor de las prisas porque en este lugar los vehículos parecen no tener frenos. En la estación del bus espere un largo rato, de repente vino a mi mente el deseo, la esperanza fija de que aparecieras por algún lado. Mis ansias acabaron en una gran desilusión porque tú ni siquiera estas cerca.
Hoy creo pensar que hasta los árboles lloran tu partida, que la brisa se vuelve lluvia ligera porque tú no estás, y ni siquiera me queda la esperanza de que algún día puedas volver. Las circunstancias, el tiempo, la vida, lo inexplicable me hace dar pasos en reversa, por donde estuviste y pierdo la cabeza creyendo que caminas junto a mí.
Los días sin ti son la desilusión de un futuro incierto y sin esperanzas de un día feliz… el corazón días se me acelera, días se detiene y mi aire se llena de suspiros vacios.
He terminado de arrancar las ultimas margaritas que quedaban en el jardín porque ya no tiene sentido que sigan allí.
Te gustaba verme ensimismada en mis eternas lecturas, aunque siempre decías que no, te gustaba tanto escuchar mis historias de nunca acabar con emoción, risas y todo.
Me enamore de tu naturalidad y la ingenuidad que fingías para agrandarme ante los demás, tu ternura que me estremeció en días de tristeza y día de alegría. Admiré siempre tu forma de ver y vivir la vida con originalidad, y lo de ser espontaneo simplemente te resultaba increíble.
Quiero decirte tantas cosas, tantas cosas me quede sin decir. Porque el amor no se entiende, tampoco se puede explicar. El día que te dije ¡No entendí!, ¡lo siento!, la verdad es que no sabía cómo ni qué hacer cuando pretendía ayudarte.
GRACIAS por vivir la vida conmigo y hacerme vivirla con gracia y alegría; hacerme creer que todo era una gran aventura, sin pensar que se trataba de formar un futuro más de seguridad que de ser feliz.
Nunca te pude decir que me encantaba ver tu cara de enojo fingido y la risa que me provocaba ver tu cara cuando la lluvia te mojaba; tampoco pude decirte que disfrute muchísimo cuando te reías de tus propias bromas, aunque no les entendiera o no tuvieran ninguna gracia, y los momentos en los cuales te perdías concentrado y angustiado tratando de ayudar a los demás, sencillamente te magnificaban.
Por favor, perdóname!, por las cosas que nunca hice y por hacer cosas que nunca debí hacer; por no decirte Te Quiero para siempre, por no decirte Te Amo, por no resignarme a que te has ido, por pensar en que, como tú no regresaras conmigo, yo me quiero ir contigo. Como decirte NO, no quiero que te duermas, que cierres tus ojos y te marches,  es como decir; si me escuchas y regresas, todo será mejor, reiremos a reventar y explotaremos los días al máximo. –dime que SÍ.
Nunca debiste verme llorar, porque tampoco llegaste a saber cómo terminaba sintiéndome al ver tu rostro derrumbarse de tristeza al creerte impotente ante mi salvación. La verdad es que al ver tus ojos húmedos y sentir tu corazón herido, resultaba siendo esa mi única frustración, pues el dolor se me hinchaba cambiado el motivo.
A pesar de que el sol brille y las tardes siguen siendo una maravilla, ya no tienen la magia y el milagro de vivirlos, todo se fue y desapareció contigo, también mi corazón.
Quiero hablarte sin parar y contarte todo lo que me ha pasado, y lo que no he hecho desde que no estás. Quiero pedirte que no te vayas a la tierra del olvido, al mundo de los sueños eternos, al menos no sin mí. ¡No me dejes aquí!, quiero volver a reír contigo, ser feliz sin miedo a nada…
Caigo del delirio a la realidad, dándome cuenta de que además de mi mente empecinada y la fuerza del amor que te tengo, no existe absolutamente nada más que me dé la certeza de que aún no te has marchado y que me escuchas. Pero por si no he ganado, dame un último minuto para pedirte perdón, por gritarte la última vez que tus ojos me miraron, exigiéndote que te levantaras, que no te fueras porque segundos después sentí que alguien me había arrancado la vida y… te hable sin que tú pudieras responder, me estremecí de hombros, con las rodillas al suelo sosteniendo tu cabeza. Esperé en un último milagro tu reacción, ¡Te grité! Y lloré a grito pelado de dolor y de odio al escuchar tu adiós, tan débil y lleno de amor.
Cómo pedirte que no, que no te vayas, si hace muchos años que ya no estás...
Me subo al autobús con prisa y pareciera que nada ha cambiado, que todo, todo sigue  igual.
                                          .http://www.youtube.com/watch?v=A1mPY9z4kvQ

sábado, 5 de febrero de 2011

para ti, con dolor...

Papá:
Te escribo ya que no puedes escucharme. No puedes responderme.
El silencio es tu castigo por haberte ido de esa forma tan estúpida de mi vida. Siempre fuiste demasiado duro, trabajabas demasiado para no darme un instante, para no regalarme una mirada, una palabra, lo que te resultaba toda una pérdida de tiempo.
Se supone que debías de convertirme en una persona fuerte, segura, de futuro y de trabajo, ¡como tú! ¡Ya ves! He crecido, me muero de miedo, me siento tan sola y mi futuro ha desaparecido ¿¡Cómo la ves!? al menos no me portaré de la forma tan idiota en que tú te comportaste. En lo que si me parezco a ti es en lo terca e imprudente, tú solías lastimar a la gente con tu franqueza de hielo, ¡lo siento! Yo soy igual, algo tuyo tenía que heredar, ¿no?
Has de estar enterado de mis últimas aventuras, pruebas y sucesos, por si no, déjame ponerte al corriente: no logré terminar los estudios que tanto quería, pero si aprendí lo que se siente ser una persona de segunda clase, que tus amigos te olviden, y que el resto de la gente ignore tu existencia o te tenga lastima.
Sabes, hoy fui a la universidad a hacerme una prueba pendiente, fue una experiencia horrible; el lugar estaba lleno, todos los presentes esperábamos el examen, pero lo que me llamo la atención fue que todos parecían tan despreocupados, que los dientes se les veían con cara de prepotencia, hasta los maestros se cargaban una grosería y sarcasmo detestable.
Después de casi dos horas el examen termino, todos hablaban mil cosas entre sí, yo no entendí nada, pero si sentí la arrogancia de cada uno, y después de un instante insoportable el maestro dijo que esperáramos por los resultados; yo me harté, salí sin previo aviso y sentada en el pasillo decidí esperar desde allí. La cabeza me daba vueltas y sentí ganas de llorar, quise pararme y no pude, y cuando estaba a punto de estallar, anunciaron la entrega de notas.
¿¡Qué crees papá!? ¡PERDÍ!, así como lo ves, me jale los cabellos y comencé a temblar; no lloré porque yo nunca lloro (frente a los demás claro) pero estuve a punto de hacerlo. Fue algo tan horrible porque aparte de no aprobar el examen, aquí se me muere y desaparece otro sueño.
Me quede callada un largo rato y pensé en todo lo malo que me ha pasado, porque como sabrás, aparte de las grandes diferencias con mis hermanos y el abandono invisible de mamá, lo de la enfermedad me ha acarreado mil desgracias más, por ejemplo que estoy desempleada, ¡así es!, y por obvia razón súmale  mi mala situación económica actual, eso sin contar lo otro.
Papá, ¡¡¡Estoy harta!!! La psicóloga dice que tengo que salir de aquí, cambiar de ambiente para que se me quite el trauma de todo esto que sucede, y por supuesto lo de haberte perdido. Eso es estúpido porque necesitaría como mínimo un viaje a la luna para que este dolor que siento disminuya un poco, además  imagina con qué dinero he de viajar, si ahora a penas me alcanza para llegar al café que está a unos metros de aquí y, aunque pudiera largarme lejos no puedo (ya sabes porque). Aquí me siento encarcelada y siento que a veces me cuesta respirar.
Bueno papá, espero que tú te la estés pasando muy bien, al menos la última vez que te vi así parecía… perdóname, escribo puras tonterías, pero me da tanta rabia nunca haberte tenido, no tenerte aquí ahora que tanto te necesito. ¡Me haces mucha falta! No tienes idea de cuánto. He sobrevivido con esta detestable enfermedad, con mamá a medias, sin novio, sin amigos, pero definitivamente no he podido estar sin ti. Lo que más me duele de todo esto no es tu ausencia sino el hecho de que NUNCA me quisiste. La última vez que te vi ignoraste mi mirada con desprecio, como si la del error hubiera sido yo y no tú. Yo nunca te fallé! Tú sabes muy bien que desde que tengo uso de razón no hice más que tratar de ser quien tú querías que fuera, para que te sintieras orgulloso de mí, pero jamás te quisiste dar cuenta de nada. Además, yo nunca quise ser como soy, y de saber que así sería mi vida, menos.
Sé que a estas alturas ya nada importa, sigo tratando de olvidar esos detalles… otra vez estoy apretando los dientes para no llorar.

 Solo quería que supieras que a pesar de todo, para tu gusto o molestia no te he quitado el título de “Papá.    lilo

miércoles, 2 de febrero de 2011

Desde lejos… mucho más allá.

A menudo las cosas son el cero a la izquierda que parecen, mi historia está dentro de estas.
No importa cómo ni cuándo, las palabras me han aclarado lo que no lograba comprender, y esto me hace sentir que he caído en la acera de los espejismos, mi existencia se ha roto volviéndome menos que nada. Ahora soy mi propia cárcel por debilidad, por egoísta, por ser tan cobarde y miserable, y eso me hace caer aun mucho más, en el estado del miedo y la vergüenza. Sé que no hay reparación posible, pero espero que, a pesar de todo, me gustaría pensar que mi historia haya podido enseñarte algo, claro, tampoco pretendo dar lecciones de nada, pues aquí sufrí todo el tiempo de soledad propia y ajena.
De vez en cuando un recuerdo opaco recubre mis ojos, una tristeza que en esos momentos no logro eludir, eres tu quien ha visitado mis pensamientos. Cada día te reduces más, vas desapareciendo, me desespero. De ti  ya no me queda nada más que papel.
Mi habitación parece ir envejeciendo un poco más cada día, te escribo y te releo; algunos borrones, tachones, páginas arrancadas. Ya sabes, no digo nada, me encojo de hombros,  rio y lloro a la vez, es un estado inverosímil, y eso me hace caer en la cuenta de nuestras vidas están tan llenas de misterios y como muestra de ello te puedo decir que al pensar en ti caigo en la emoción de sentirme tan triste como feliz. Me quedo mucho rato inmóvil, estremecida, herida, perdida, tratando de asimilar lo ya evidente, que todo ha terminado.
Supongo que es mejor ya no hablar de lo que paso, pero al menos entérate de que nunca deje de sentirme débil, culpable,  imbécil, por la pérdida, por mi forma  inexorable de amar, y eso fue lo que acabo con mis esperanzas de ser feliz.
Tu confianza hacia mi permaneció intacta a pesar del tiempo, a pesar de mi distancia, y estabas ahí a pesar de todo… siempre me pareció incomprensible que me hayas elegido a mí y que me hayas querido de tal manera. Mucho más de lo que me merecía.
Evidentemente ya no soy la ilusión de vida, de sueños que conociste, ahora tan solo y simplemente soy… una chica más.
Es todo lo que puedo decirte, es lo mínimo que te pereces.   lilo

http://www.youtube.com/watch?v=ABpvdszxtbI