lunes, 31 de enero de 2011

Los recuerdo son poderosos, el dolor aun más...

Aquí he llegado buscando a gritos los brazos de mi madre, pero algo flota en el aire de este tiempo que se resiste a la ternura, unos abrazos que raspan, erizando como espinas infinitas, se han roto todas las comunicaciones en casa, las ventanas se abren a media noche envueltas en miedo, viento y cortinas revueltas, sin que nadie sepa que empezó primero.
Es una cosa triste, triste como lo que se asienta en la comida después de comer una manzana a medias. Es un tristísimo hambre de todo; los días, el domingo sobre todo, que transcurre con los ojos entre sollozos  y, hay algo que no se deja ver, un pensamiento color canela que va abriendo puertas cerradas para siempre.
Algo flota en la cocina, en el baño, en la habitación, en todo lugar; extraño,  irreal, sobrenatural. Es algo inmenso como una capa de algo que se repite y fracasa, y que se deposita en mi piel como mancha o suciedad.
Todos se matan por discusiones tontas. Papá ya no está en la punta de la mesa como antes, ni lo estará nunca más. Relucen los sueños tirados a medio camino y las dignidades bajo el mantel. Ahora nadie sabrá lo que pasa.
Me miraban hablando entre ellos, y aunque ya no haya nada de que discutir, se empecinan en construir una malla fina de odio que no se rompe. ¡Yo no entiendo!, a pesar de sentir que me estoy volviendo loca un poco más todos los días, tal como las cosas en este país.
Ellos están desesperados por este viento helado, que no cesa en el revés de las cosas, a veces pienso que la casa está esperando que suceda algo para seguir sobre sus cimientos o caerse. La vida cotidiana se arruga a ojos vistos en la habitación más chica de abajo, la mía. Vivo condenada a estar sola para siempre, y sin embargo me miran amenazadores desde arriba con sus gestos crueles, es cuando para mi vuelven la existencia al alcance de las pesadillas.
Papá y mamá cada uno por su lado, se me perdieron por una neblina de no estar, cada uno en el extremo de una línea que no logro divisar…
El sol entra por las cortinas opacas como yemas pequeñas hinchadas de color amarillo pastoso que se caen al suelo de la habitación, manchando de colores tristes. Porque son las tres de la tarde en este cuarto del primer piso, preparado hace tanto tiempo para alguien que quizá no era yo, y que ya no llegará nunca  y... que debía de alegrarles la vida a mis padres. Esta habitación que con el tiempo y el desamor se ha vuelto invisible.
Por ahora el corazón aun me late, un pequeño rayo de sol bajo, y una suave brisa ha dispersando uno nube que parecía polvo de talco… así elevo mis deseos sobre las tejas, sobre los árboles desnudos de hojas, pálidas como si su único alimento hubiese sido la obscuridad o seres pensativos, ensimismados en un solo suspiro, chirriando en medio del paisaje de alguna tarjeta postal olvidada. Ritos de oración que parecían venir de un desierto para irse por una alcantarilla, la verdad botada junto a las banquetas, debajo de algún puente donde se junta todo olvido, la basura, debajo de este mundo lleno de dolor… de tristeza.
lilo

viernes, 28 de enero de 2011

Un día más...

Si tengo la razón o no eso es lo de menos, cada día es un tema y yo, otro también. Hoy el día parece sonriente y agradable, pero el ambiente a mi alrededor cae en picada y se desmorona estrellándose contra el piso, en otras ocasiones paso semanas soportando esa sensación nauseabunda a punto de hacerme reventar las razones múltiples y banas a la vez, ya no estoy seguro si suspirar, guardar silencio o dejar que se derrame todo lo que brota de mi mente, lo cual podría ser bueno o estúpido, sin embargo…
Cuando en el corazón se amontonan los dolores, arden los ojos por tantas lágrimas que caen, y las costillas parecen estallar porque el corazón se hincha de dolor. No encuentro otra explicación en este momento, la vida se me vuelven un laberinto que me tortura porque no me logro liberar, no encuentro ninguna salida, porque cada vez me siento más cerca de la desolación.
Cuando la melancolía se me entremete, suelen aparecer los lamentos y yo trato de buscar alivio y condolencia en los sueños, sueños que aparecen, mueren y, ya no tengo.
Escribo porque me inspira la nostalgia y el dolor que por todos lados me sobra, porque cuando pienso me vuela la imaginación, y ya parece que me sale algún verso herido o alguna composición a punto de llorar.
La brisa se ha llevado cada sonrisa y cada suspiro de mi corazón, y únicamente ha quedado el eco de algún anhelo que se resistía a morir. Imagina que alguien pudiera contar cada lagrima que   la aflicción vierte en nuestros ojos?, seguro que en alguna otra vida, seguiríamos viendo la tristeza y sintiendo el corazón vibrar…
Mientras tanto veme tratando de hacer mucho y todo a la vez para hacerme olvidar el terrible dolor que me cuelga por dentro y que no tiene que ver con nada. Me beberé una tristeza a las seis de la mañana junto al viento que desabrocha los abrigos y enfría la cabeza recién lavada, para olvidarme (según yo) de algo que no se olvida, al contrario se vuelve caliente como una sopa sin humo.
Afuera, en la calle los caminos se atacan y siento que se me vienen encima. De veras!, sin embargo lucharé contra un dragón de siete cabezas (los días de la semana),que aparecen aunque trate de esconder mi cabeza bajo un gorro de algodón y diga que tengo dolor de cabeza, y que tengo que ir a trabajar con una mochila pequeña colgada de un hombro o en la espalda, en la que solo caben un pequeño cuaderno para mis notas, mi almuerzo y mi desgracia.
lilo

jueves, 27 de enero de 2011

nostalgia en el pasado...

Quiero llorar, gritar, tratar de pedir socorro, pero sé que no serviría de nada, así que termino por hacer un esfuerzo por tranquilizarme, respirar profundo, tomo una ducha con agua caliente, pero… nada resulta efectivo, sigo como al inicio. Entre tanto he puesto mi habitación patas arriba y todo me parece inútil, entonces, ahí, a media habitación me dejo caer de rodillas, temblorosa, agotada, pero aún sin soltar una sola lágrima. Me siento perdida como en el triangulo de las Bermudas de mi imbecilidad.
Yo siempre amanezco sin avisar, días me encuentro, días estoy ausente. Pasa el tiempo y siento que voy a volverme loca para siempre, se me han agotado las hojas para desahogarme y el teclado de mi servidor se va cansando, acompañado a esto he bebido café en exceso, lo que ha hecho que me tiemblen las manos, entonces acabo por sentirme totalmente descompuesta, al punto de querer lanzarme por una ventana desde un decimo  nivel y aterrizar hecha añicos por los suelos, pero como nada me sale bien, resulta que aquí apenas si tengo ventana, y mi habitación parece estar en el sótano…
Solía imaginar montones de cosas, nada parecido a lo que la gente llama NORMAL. Aspirando, soñando cosas que no tuvieran olor o sabor a soledad y tristeza…  aaaah! Pero resulta que de nada sirve hacerse ilusiones o, de mala sangre porque ya todo es inevitable.
¿Qué diablos me pasa?
 Porque cada vez que  me dan estos ataques de angustia, tristeza y honda soledad, apareces  nítido en mi memoria y te necesito!!!, y mi mente repite con frecuencia mi mejor recuerdo de ti,  de aquel día que te vi por la calle; no puedo explicarlo pero desde entonces, cuando te vi ese día supe que eras tú! , el objetivo que quería alcanzar, quien le daría sentido a mi vida. ¿Por qué?, simple!, yo con la cabeza cubierta  y los ojos  lluviosos, bajo una tormenta que deseaba desaparecerme, me tropecé en tu camino… entonces tu, como camuflaje para mi existencia, convertiste toda mi tragedia en un extraordinario milagro que me lleno de paz, y luego de un tiempo te pregunte qué, si pudieras volver atrás y tuvieras elección… ¿me volverías a escoger o elegirías a alguien con una vida menos complicada y atroz!? 
Con una sonrisa adorable dijiste. - me gusta que seas así, y en mi vida te cambiaría.
Mi cerebro y corazón, antes de ti, se habían declarado una guerra fría, pero desde aquel día los ataques de nervios, de llanto se fueron cesando.  Ahhh!!! Pero al parecer, en este mundo lo bueno no dura mucho y el tiempo me hizo falta;  apareció el silencio y tu… te fuiste desvaneciendo.
Ese ultimo día, coloque una almohada sobre mi cabeza y  de espaldas suspiré. No dije nada más. Trate de dormir, pero claro, no pegue un ojo en toda la noche, ni en muchas  otras que vendrían, mi cabeza iba y venía a la velocidad de la luz, se metió el miedo en mi cuerpo cambiando mi mirada, así que…lloré, tanto que sentí que la respiración me abandonaba, como si fuese a morir ahogada dentro de mí misma.
 Nadie puede ser feliz con el corazón doblado en una cajita! Para mí ya no hay nada nuevo bajo el sol, aunque tengan que fingir que cada día tiene un sentido especialmente relativo.  Lo siento!, necesito un poco de aire…
Yo, la que se volvió clandestina,  quien ya no puede dormir como antes, quien parece vivir al otro extremo del planeta...  perdí mil batallas, la guerra,  y… a ti, para siempre jamás.    lilo

miércoles, 26 de enero de 2011

Como TÚ...y no quiero!

Camino de vuelta a casa sin fuerzas y con desgano… me siento hecha trizas. Camine sola sobre la carretera con los zapatos casi rotos, deje entre abierta la puerta de mi habitación, me senté en el escritorio, me tome la cabeza entre las manos y esperé las lágrimas que no cayeron.
Tenía muchas horas por delante, era lo único que lograba sentir, la inmensidad del tiempo igual a este segundo, no a otro segundo de silencio, no a otras miles de horas en que la habitación de al lado ha permanecido vacía, sino sólo igual a este silencio y a este vacío.
De pronto hasta la seguridad se me acabo, saque una hoja por debajo de mi codo, un lápiz y empecé a escribir.
Papá: Una y mil veces juré no ser como tú, y tú no hiciste más que sermonear mi juramento, pero no sabías que, no sólo juraba no ser como el ogro que tú eras, sino, no ser como tú inteligente, como tú fuerte, como tú perfecta, como esa infinita cantidad de cualidades que querías que fuera y que yo… ya no puedo ser.
Juré no transformarme. Ser siempre la misma, aunque eso fuera nada, porque más que los ataques de enojo, gritos o insoportables peleas y reclamos sin razón. Yo le tenía miedo a esa capacidad tuya de transformarte. Pero me vieras en estos precisos momentos volviendo de una transformación tan violenta como las tuyas, y como tú, no sé si aplaudirme o destruirme… destrozarme. ¡Y no me he tomado nada!, nada que me explique, nada que adormezca. Estoy sobria y soy como tú.
Acabo de herir los sentimientos de alguien a quien quiero tanto, quien lo único que ha hecho es tratar de salvarme y quererme. Me siento tan llena de errores, torpezas, dolor y egoísmo. Aunque mi egoísmo esta tan lejos de parecerse al tuyo, tú egoísmo de no solo pensar únicamente en ti,  sino también pretender poseerlo todo. El mío, de ser tu víctima y extrañarte a pesar de todo, porque gracias a todas tus exigencias, tus desprecios y al tiempo ahora; aunque no te vea nunca, aunque nunca me hayas querido, eres parte de mis recuerdos; sin prestarte, sin pedirte de vuelta y mucho menos pretender que me quieras. Egoísta, torpe, buena o no… yo no me salvo, peor aún, no quiero salvarme, aunque a veces juego a que sí.
Después de mi madre no quise a nadie más que a ti, aunque no te perdono, aunque no se acabe mi dolor. Tengo mucho miedo, que no me deja, que no se borra, que no me liberarme de ti, y que te haga desaparecer para siempre… pero y entonces qué haré!, esto ya ha sido demasiado. Ya no puedo soportar.
Alguien me pide que espere, esperar qué? Si tú nunca me quisiste y yo ya me canse, se acabaron mis fuerzas. Pero antes de que ya no resista la apuesta que me gane desafiando a la muerte, desafiando el día y la noche… sola frente a mi propia vida, una vida que pudo haber sido como cualquier otra pero que resulto ser tan diferente de cómo  yo la soñé. Me marcho con mi eterna sonrisa de siempre y me lanzaré sin miedo al otro lado de la pared que los otros tanto temen…
Al finalizar esta frase encontré el cansancio necesario para recostarme en el suelo, al lado de la silla. “todo es una tontería”- pensé, como si siguiera escribiendo.
Me puse a respirar contando los latidos de mi corazón. Junto corazón y pulmones, voy contando hasta que consigo quedar dormida.   lilo

martes, 25 de enero de 2011

Mi conciencia, mi memoria y... tu!

Llega un día en el que siento que ya no puedo seguir viviendo como de costumbre, el dolor se hace cada vez más fuerte y me falta el aire. Demasiado intenso. A veces me da miedo quedarme dormida en público, desparramarme ahí  y que no estés para recogerme y colocarme con suavidad entre tus brazos. Entonces decido quedarme en casa y cada vez paso más tiempo en la cama, ya no salgo ni a tomar café con mis amigas, ya no…y puede que ya nunca más vaya.
Quiero sentarme junto a ti y decirte que eres la única persona en el mundo cuyo cariño por mí ha sido sencillo e incondicional, a diferencia del de los demás que siempre ha estado mezclado con otras cosas. Lo que querían que fuera, en lo que esperaban que me convirtiera, lo que soñaban para mi, en cambio tu simplemente me querías!.
Siento que me pierdo, y quiero apretar tu mano. Los huesos y las venas se me notan más de lo que deberían y… miro con tristeza tu cara en una foto, de aquella primera vez que te conocí, y me duele en el alma pensar que ya no te volveré a ver, y lo único que se me viene a la mente es querer decirte que eres maravilloso. Tú me has conocido y eso para mí es suficiente.
Creí en las alegrías, e intente ir por más. ¡Qué tonta he sido!
Quise hacer magia, y yo misma me he destruido.
Puedo odiar al mundo por este camino tan empedrado  y en pendiente que me ha tocado, pero tampoco quiero verme ni sentirme como una mártir, así que no te preocupes ni te enfades conmigo por favor.
Me decías: “Las cosa no deberían haber sido así”, sin embargo ¿Por qué no?, ¡la vida no es precisamente como una la desea!. Quise correr a buscar la libertad que parece perdida y olvidada, pero aún no la he encontrado. Mientras tanto dejaré de pensar en el pelo que ya no tengo, el peso que he perdido y trataré de recomponer pacientemente los pedacitos de mi vida, que voy encontrando tirados porque se ha desmoronado bajo mis pies. Antes de quedarme dormida suena tu música en mis oídos, así consigo sentirme menos sola.

Solamente quise tener otra oportunidad para hacer algo bien, o al menos algo completo, pero todo se me quedo a medias.  lilo

lunes, 24 de enero de 2011

Mente triste y cansada

Después de un largo y ajetreado día, llego a casa y al entrar en mi habitación, en las paredes veo evidencias de mi vida… y entre ropa, libros, fotografías, discos, recuerdos traídos de diferentes lugares, me siento impotente, incapaz de decir una sola palabra, tan solo se repiten recuerdos amontonados en mi mente que conservo inútilmente y que me gustaría dejar tirados en la calle, porque me hacen daño, porque todo resulta absurdo e imposible, porque nada volverá a ser jamás.
Todo esto que un día me hizo sentirme emocionada y feliz, hoy me da la impresión de estar perdida… entonces me doy cuenta que nunca se está verdaderamente solo en este mundo hasta que todo lo que querías se ha quedado atrás sin esperanzas de una segunda oportunidad, un futuro.
Sigo sin pronunciar una sola palabra, mas mis ojos lo expresan todo. Me gustaría pensar que voy a morir con algo parecido al horror o con algún amor adherido, porque de alguna manera, el miedo y ese oscuro sentimiento que me causa la humillación del cáncer, desaparecerán o al menos aprenderé a vivir con él. Dicen que el cariño mantiene y supera el espanto, la tristeza y miles de pérdidas, sin embargo al final lo que prevalece es una terrible ausencia gigantesca que es lo peor que pueda existir. Día o noche me dan igual, bien pudieran rotarse el turno que ni me enfado ni lo noto. El dolor lo tengo en un costado, la cabeza a punto de estallar y mis pies no reaccionan. Me extiendo sobre la cama, respiro lento y profundo, cierro los ojos. Quisiera quedarme dormida en el primer pestañazo pero mis esfuerzos son en vano pues permanezco despierta largas horas a pesar del cansancio, entro y salgo de un sueño en donde repentinamente escucho una voz, esa voz que se dirige a mí, tu voz que me dice “Estoy Aquí”, y yo dejo escapar el miedo y el dolor esperando que se pierdan… No necesito decir nada, tan solo GRACIAS!
 Toma un sorbo de té, sonríe y recuerda… el amor echa a perder el corazón, pero es lo único que te hace ver este mundo hermosos. lilo